La Morada: una historia colectivo de nudos y rebeldías
La Morada es una organización feminista autónoma sin fines de lucro nacida en 1983, al calor de las primeras jornadas de protesta nacional durante la dictadura civil militar, tiempo en el que acuñó la consigna: Por más de 40 años ha sido referente en el movimiento feminista en Chile y América Latina, impulsando acciones de formación política feminista, produciendo pensamiento, reflexión, investigación y extensión en educación, cultura y comunicaciones, así como también trabajos en el campo de la ciudadanía y los derechos humanos de las mujeres. A inicios de la década de los 90 funda Radio Tierra, un medio de comunicación emblemático que puso a las mujeres en los medios radiales y el Centro Clínico Eloisa D un espacio de atención psicoterapéutica que articula psicoanálisis y feminismo, que es el primer centro de atención para mujeres que han vivido violencia de género.



El Círculo de Estudios de la Mujer (1979 – 1983)
En 1979, un grupo de mujeres profesionales de las ciencias sociales se reunireron para conformar un espacio común de reflexión feminista, convocaron a un primer encuentro que tuvo como objetivo promover la creación del Círculo de Estudios de la Mujer al alero de la Academia de Humanismo Cristiano. Fue la primera organización abiertamente feminista en constituirse durante la dictadura. Se reunieron por cuatro años en una casa ubicada en Arrieta 83 y luego se mudaron a Bellavista 0457, donde impulsaron diversas iniciativas vinculadas a la investigación, activismo y talleres de toma de conciencia. De este espacio emerge el grupo de mujeres que irrumpió en 1983 en las escalinatas de la Biblioteca Nacional con el lienzo: “Democracia Ahora. Movimiento Feminista”. Este grupo, autodenominado Movimiento Feminista publicaría en diciembre de ese año su Manifiesto: “Demandas de las mujeres a la democracia”. Ese mismo año, la Academia expulsa al Círculo por incluir en sus publicaciones escritos sobre aborto y divorcio, temas que no concuerdan con los principios de la iglesia Católica.
Un lugar propio: Bellavista 0457 (1984 – 1989)
La expulsión del Círculo de Estudios de la Mujer de la Academia de Humanismo Cristiano coincide con un quiebre al interior del grupo del que emergen dos organizaciones: el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) abocado a continuar la línea profesional de investigación y estudios, y por otro, la Casa de la Mujer La Morada como espacio movimentista. La Morada seguiría funcionando en la antigua casa del Círculo en Bellavista 0457. Es un periodo de mucha intensidad del Movimiento Feminista en su lucha por “Democracia en el país y en la casa”. La Morada nace de la rebeldía y búsqueda por construir un espacio de encuentro, talleres, jornadas culturales y también de atención terapeútica y jurídica para mujeres que viven violencia. Junto con eso fue un espacio de refugio y elaboración de materiales para las jornadas de movilización y la campaña del NO. Destaca en este periodo la activa participaron en los Encuentros Feministas de Latinoamerica y el Caribe (EFLAC), la publicación de un medio propio llamado “Boletín La Morada”, y el trabajo con otras organizaciones de mujeres militantes y pobladoras.


Un paso más allá: Salvador (1989 – 1992)
Hacia el fin de la dictadura, La Morada contaba se había posicionado en redes feministas locales y latinoamericanas, además de un trabajo sostenido en proyectos vinculados a cultura, derechos humanos, clínica y comunicaciones. Los primeros años de la transición a la democracia fueron un periodo de muchísima creatividad y a la vez tensión dentro del feminismo en torno a los desafíos implicados en la nueva institucionalidad de género y la autonomía política del movimiento. En la casa de Salvador, se gestó la emblemática Radio Tierra, primera radio de mujeres de América Latina, se asume la coordinación de Casa Sofía en Cerro Navia, sostienen talleres y capacitaciones en diversas temáticas y levantan los primeros seminarios sobre educación y género. A pesar de ser un periodo muy convulsionado dentro y fuera de La Morada, logran al mismo tiempo fortalecer la sostenibilidad económica del proyecto e impulsar una lectura feminista del periodo que cuestionó abiertamente los límites democráticos de la transición pactada.
Ampliación y consolidación: Purísima 251 (1992 – 2013)
La casa de Purísima fue un proyecto largamente esperado que implicó una importante inversión y trabajo de restauración del inmueble. La Morada se consolidó como un espacio de pensamiento y acción con actividades públicas periódicas, uno de los primeros centros clínicos con enfoque psiconoalístico y feminista “Eloisa D”, escuelas de formación y capacitación para mujeres, la colección de libros Escafandra en la editorial LOM, la expansión de Radio Tierra y la elaboración de análisis y propuestas en torno al avance de los derechos de mujeres siguiendo los compromisos de Beijing. Por más de veinte años despliegan alianzas institucionales y extrainstitucionales con organismos internacionales, redes regionales (entre ellas la Asamblea Feminista Marcosur) universidades y también con políticas de género dentro del Estado. Durante estos años el movimiento feminista sufre importantes encuentros y rupturas de las que también participan las integrantes de La Morada y donde uno de los principales clivajes está entre la institucionalidad y la autonomía. Al cumplir tres décadas de funcionamiento y resultado de una crisis interna se determina vender la casa de Purísima y donar parte de su archivo al Archivo Nacional.

